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domingo, 29 de octubre de 2017

Escapada de fin de semana a Sigüenza


    Sigüenza, la denominada ciudad del Doncel, descansa tranquila en un páramo donde la vegetación escasea pero las leyendas se cuentan por miles. Parece mentira que entre sus calles se disputaran tensas y sangrientas batallas cuando, a día de hoy, tan sólo sufren los que pretenden llegar a su castillo tras subir la empedrada cuesta que se encamina desde su Plaza Mayor. Una ciudad que los celtíberos y más adelante los romanos llamaron Segontia, raíz de lo que hoy es su noble nombre y que Alfredo Juderías denominó como "ciudad del silencio y de la luna". En el corazón de la Sigüenza de hoy poco queda de aquel silencio, absorbido por el buen ambiente de sus bares y restaurantes. Pero basta alejarse unas calles para encontrar la paz y el descanso que el viajero va buscando. Con este buen marco en mente, nos fuimos a descubrirla para averiguar por qué ha sido nombrada Capital del Turismo Rural por el portal Escapada Rural. Tras un fin de semana, hemos descubierto las razones que impulsaron a más de 30.000 votantes a designarla con este premio.


Por su imponente Castillo


   Desde nuestra llegada nos saludaba allá a lo lejos, en una colina que servía de defensa natural y que decidió su construcción allá por el siglo XII. Ya intramuros acogió a romanos, visigodos y musulmanes para, posteriormente, llegar a convertirse en el Palacio de los Obispos medievales. Flanquean en sus fachadas amuralladas, los torreones que sirvieron para vigilar y alertar a la población de la llegada de enemigos. Hoy en día el castillo se ha reconstruido siguiendo su diseño original y se ha convertido en uno de los Paradores de Turismo más bonitos de España. Es un placer admirar su amplio patio central mientras escuchas las leyendas de Doña Blanca de Borbón que, tras pasar un año como prisionera en el castillo, se dice que su alma sigue vagando entre sus muros y que por ello se le ha visto reposada en una de sus torres.





Por su preciosa Catedral


  Imponen los muros y contrafuertes de esta catedral donde la mezcla de estilos románico, gótico y barroco la convierten en uno de los grandes tesoros de la ciudad. En tiempos del medievo se entremezclaban sus funciones; a la vez religiosa, a la vez defensiva. Sus torres almenadas nos hablan de su pasado guerrero y lloran entre sus paredes los agujeros que balas y proyectiles realizaron hace años. Ya en su interior guarda una de las joyas del gótico tardío, el sepulcro del Doncel donde yace el guerrero Martín Vázquez de Arce. La escultura donde se observa la famosa figura recostada está acompañada por un lienzo de El Greco, motivos más que suficientes para realizar una visita a su interior.


Vistas de la Catedral desde la Casa del Doncel


Por la historia de sus calles empedradas


   Las calles de Sigüenza tienen un color único: el color de la historia. La ciudad del Doncel ha crecido conservando su pasado de manera especial. A día de hoy podemos ver reflejadas las diversas épocas que han ido sucediéndose en la ciudad, desde esas Sigüenza medieval defendida por esa gran muralla de la que aún podemos ver restos, pasando por la Sigüenza renacentista o la barroca hasta la Sigüenza actual con su barrio más moderno o el corazón verde de la ciudad que tiene por nombre Parque de la Alameda.


   Desde el Castillo merece la pena descender la Calle Mayor para tener una imagen impresionante de la Catedral y la Plaza Mayor. En el camino podéis encontrar la Iglesia de Santiago Apóstol (Siglo XII) con su espectacular portada o la Puerta del Sol, una de las siete entradas que antiguamente daban acceso a la ciudad. Entre ellas destacan también la Puerta del Hierro y el Portal Mayor.

Vista de la Plaza Mayor y la Catedral desde la Calle Mayor
   Recomendable es la visita a la Casa del Doncel, edificio gótico en el que se ha llevado a cabo una espectacular rehabilitación desde 1998 tanto del exterior como del interior de la que fue vivienda de la familia Vázquez de Arce y de, por lo tanto, el famoso Doncel. El artesonado, celosía y arcos de estilo mudéjar que se observan en su interior ya merecen una visita a la ciudad. Si además subís al piso superior, tendréis unas magníficas vistas de los tejados y de la catedral de Sigüenza. A unos pasos encontraréis también la Iglesia de San Vicente Mártir y su peculiar imagen de la Virgen descentrada pero centrada. Sí, descentrada con respecto a la portada pero centrada con respecto a la calle situada en frente. Curioso de ver...

   Pero hoy la vida se hace en la plaza central, ese lugar donde se reúnen locales y forasteros, su preciosa Plaza Mayor. Construida en época renacentista para albergar un espacio donde el pueblo se encontrara y en el que se pudiera celebrar el esperado mercado semanal, hoy en día las terrazas se llenan de cerveza fresquita y unos torreznos que quitan el sentido. Además, cuando nosotros estuvimos y con motivo de la Fiesta del Turismo Rural, pudimos disfrutar de su mejor ambiente festivo.





Por su deliciosa gastronomía


   La gastronomía seguntina es pura tradición e historia. A los típicos platos de la deliciosa cocina castellana (asados, migas, sopa castellana,...) se unen los platos que los habitantes de Sigüenza han ido moldeando a lo largo de su historia. Empezando por el aperitivo, uno no puede marcharse de la ciudad sin haber disfrutado de un fino seguntino, una bebida realizada con gaseosa local, vermut rojo y espuma de cerveza. Y qué mejor para acompañarlo con los que dicen son unos de los mejores torreznos de España, los torreznos que podéis encontrar en muchos de los bares y restaurantes de la ciudad. Para comer destacan sus platos de caza y sus asados, así como las migas con chorizo, huevo y torreznos. De postre, no dudéis en pedir el borracho seguntino, un pequeño bizcocho empapado en agua de jarabe (agua hervida con azúcar, canela, miel y limón) y un toque de licor. 


Por su entorno


   Tan solo hace falta alejarse unos pasos por los caminos que salen de la ciudad amurallada para observar el patrimonio natural de la zona. Si bien no encontramos un paisaje donde la vegetación nos sorprenda, es interesante observar el precioso centro histórico de Sigüenza acompañado del fresco olor de las abundantes plantas aromáticas que brotan en la zona (tomillo, espliego, ajedrea, etc.). Basta salir por la Puerta del Toril situada en la Plaza Mayor para llegar, cruzando el puente, al barranco del Arroyo del Vadillo. Cruzando la Puerta del Sol, otro camino nos lleva bordeando la antigua muralla hasta los cerros contiguos a la ciudad.


   Y si tenéis tiempo es muy recomendable acercarse al Parque Natural del Río Dulce, lugar donde el conocido Félix Rodríguez de la Fuente rodó alguna de sus imágenes más impactantes. El mirador que lleva su nombre es un punto perfecto para admirar cómo el río Dulce recorre el barranco al que acuden a diario decenas de buitres. A veces, incluso puedes tener la suerte de verles a apenas unos metros de distancia sobrevolando el mirador.


Por su buena oferta de alojamientos rurales


   El turismo rural es una de las piedras angulares de Sigüenza y esto se deja ver en la amplia oferta de alojamientos de los que dispone. Nosotros nos alojamos en La Casona de Lucía, un alojamiento rural donde la hospitalidad de la familia que lo regenta calienta las paredes de esta antigua casa. La ilusión y el cuidado que pone Manuel, un seguntino de piel arrugada y corazón joven, hace que te sientas como en casa y que quieras volver. Las habitaciones son amplias y cómodas y el desayuno, con productos ecológicos que realiza la propia familia, está riquísimo. Si volvemos a Sigüenza, volveremos allí, a "nuestra" casa.


Porque llegar a ella se convierte en parte de la historia


   La ciudad de Sigüenza se encuentra en la provincia de Guadalajara, punto perfecto para hacer una escapada de fin de semana desde Madrid o cualquier ciudad cercana. Nosotros aprovechamos la ocasión para montar por primera vez en el animado Tren Medieval donde músicos y juglares aderezan la hora y media de camino desde la estación de Chamartín (Madrid). Además, en el trayecto te dan a probar otros dulces típicos de la zona como las yemas del Doncel. Como complemento al transporte, se incluye una visita guiada la ciudad y las entradas a la Casa del Doncel y la Iglesia De Santiago. El precio del billete es de 30€ ida y vuelta.





Para realizar este post fuimos invitados por el portal Escapada Rural a pasar un fin de semana en Sigüenza con motivo de la Fiesta del Turismo Rural. Nuestro agradecimiento también a la oficina de Turismo de Sigüenza y a los compañeros blogueros que realizaron esta escapada con nosotros: Miryam de A donde quiera que vayas, Candela y Roberto de El Mundo Patas Arriba, David e Irene de Tragaviajes y Dani Keral de Un viaje creativo.

2 comentarios:

  1. Que belleeza de lugar, me encanto . amo el turismo rural

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  2. Un pueblo imprescindible. Su castillo es una verdadera pasada, y el pueblo en general tiene un belleza que, a mí por lo menos, me encanto.

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