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martes, 23 de abril de 2019

2 días descubriendo Belfast


   La capital del Norte de Irlanda ha experimentado un espectacular cambio en las últimas décadas. Una ciudad que, aunque retiene en su retina los graves conflictos que mancharon de sangre su historia, quiere dar paso a una época de luz donde el color sea el protagonista de una ansiada y esperada paz. En sus calles, se percibe una ciudad viva, en movimiento, con un ambiente que se potencia cuando los rayos del sol deciden hacer acto de presencia. Las fábricas que se construyeron en su época de mayor esplendor industrial y que situaron a Belfast en primera linea internacional, hoy comparten suelo con impresionantes museos, amplias avenidas y una oferta de ocio y gastronomía para todo tipo de viajeros. La capital norirlandesa es visita imprescindible y aquí os contamos lo que podéis ver y hacer en Belfast durante dos días, una ciudad que a nosotros nos sorprendió muy gratamente.





1. Bucear en la historia del Titanic Belfast, el museo más impresionante de la ciudad


   En el modernizado barrio de Titanic Quarter se puede dar un agradable paseo a orillas del río Lagan, siempre que el sol se digne a salir. En vuestro camino, seguramente os llame la atención uno de sus edificios por su espectacular diseño y su peculiar forma de estrella. Es el Titanic Belfast, la atracción turística más importante de la ciudad y que cada año atrae a cerca de un millón de turistas. Pero si por fuera es impresionante, su interior es una joya de historia y curiosidad. 



   En su interior os espera un increíble recorrido interactivo por la historia de la ciudad de Belfast y la construcción del Titanic. Un viaje sensorial donde la tecnología cobra especial protagonismo para divertir y entretener al visitante. El auge de Belfast como potencia industrial, la evolución de Harland and Wolff - empresa encargada de construir el famoso buque - y las historias y voces que guarda su interior son un reclamo imprescindible para conocer más acerca de esta ciudad. Una vez fuera, se puede caminar por los que fueron los astilleros donde se construyeron y botaron el Titanic y el Olympic, en los que aún se conserva parte de las gradas. Sin duda, una visita obligada que a nosotros nos encantó.


   Como complemento a tan espectacular visita, os recomendamos abordar en el SS Nomadic, un buque contruído en 1911 para la empresa propietaria del Titanic, la White Star Line. Merece la pena realizar un recorrido guiado (os lo ofrecerán de manera gratuita nada más entrar) para conocer sus espacios y su historia ya que este buque de vapor tuvo varios usos en su larga vida marinera. Si bien su principal función fue servir de transporte para los pasajeros de 1ª y 2ª clase entre el pequeño puerto de Cherburgo (Francia) y los transatlánticos (entre los que se incluyen 172 pasajeros que transportó hasta el Titanic), también realizó tareas de transporte en la Primera y Segunda Guerra Mundial para los ejércitos norteamericano e inglés, respectivamente.


2. Visitar el Ayuntamiento de la ciudad


   El Ayuntamiento de Belfast es uno de los claros ejemplos del auge que vivió la ciudad en el siglo XIX. Destacando entre edificios con una arquitectura más industrial, fue construido en 1906 con piedra blanca de Portland y está rodeado de un jardín verde donde antiguamente descansaban los trabajadores para huir del humo de las fábricas.

   Como curiosidad, tendréis difícil ver la bandera de Reino Unido en alguno de sus mástiles, pues sólo se ondea en ocasiones especiales para no crear más tensión entre los ciudadanos.


   Merece la pena hacer un recorrido guiado (45 minutos) por su asombroso interior donde destacan las vidrieras del vestíbulo y las figuras de bronce. 





3. Descubrir su oscuro pasado a través de sus murales


    La historia de Belfast ha pasado de escribirse con sangre en sus calles a pintarse con vivos colores en sus paredes. El sonido de las explosiones y los disparos ha dado paso a los tranquilos pasos de los vecinos y a las voces de los guías que cuentan con una mezcla de entusiasmo y perdón lo que allí ocurrió. Un cambio que resume el proceso de paz que ha vivido la ciudad en su historia más reciente. Aún así, se percibe en el ambiente una tensa calma que deja mostrar alguna herida abierta que todavía necesita un tiempo de curación.

   El conflicto norirlandés, popularmente conocido como "The Troubles", enfrentó a unionistas y republicanos y se saldó con miles de muertos. Hoy, dos barrios cuentan lo que allí ocurrió con murales que se sitúan a lo largo de las calles de Falls Road (barrio católico republicano) y Shankill Road (barrio protestante unionista). En ellos, se cuenta la historia desde dos puntos de vista diferente, se ensalzan personajes, se glorifican batallas, etc.


   Ambos quedan separados por lo que se conoce como Muro de la Paz. Para pasar de uno a otro, todavía se pueden observar los grandes bloques de hormigón que sostenían las puertas que impedían el paso de uno a otro, como podéis ver en la siguiente imagen.


   Para conocerlo en profundidad tenéis la opción de realizar un tour guiado en los famosos taxis negros de la ciudad (unas 25-30£) o, como hicimos nosotros, hacerlo por vuestra cuenta a pie o en coche. Para la segunda opción es importante informarse con anterioridad de los murales más emblemáticos y de su historia, para que la visite no quede en una simple contemplación de imágenes sino en un verdadero conocimiento de la historia reciente de Irlanda del Norte.

   En Falls Road destaca su Muro Internacional, con decenas de murales sobre diferentes temas políticos, y el muro dedicado a Bobby Sands, el famoso activista del IRA que murió tras una huelga de hambre que duró 66 días y que desembocó en grandes disturbios.

   En Shankill Road, los murales que ensalzan a la corona inglesa, se mezclan con bordillos pintados de rojo, azul y blanco, así como de frase con lemas como el "We will mantain our faith and our nationality" ("Mantendremos nuestra fe y nuestra nacionalidad").


4. Ir a la "caza" de su impresionante arte urbano


   Pero no sólo encontramos cuidados murales en los barrios ya comentados, sino que por todo la ciudad podemos admirar estas obras de arte que, en algunos casos, se encuentran escondidas entre callejones, parkings o túneles. Así que, métete en la mentalidad de un "buscatesoros", y lánzate a encontrar tantos como puedas porque merecen mucho la pena y, además, es bastante entretenido.





5. Llenarte la barriga con las cosas ricas que ofrece el St. George Market


   Qué mejor para un intenso día de caminata y museos que un buen mercado con productos locales para recuperar energías. Este acogedor mercado se construyó a finales del siglo XIX y cuenta con varios premios por su ambiente y calidad. En él puedes encontrar puestos de comida y de artesanía y, si llegas en el momento oportuno, todo ello estará aderezado con la mejor música en directo.



   El mercado abre sus puertas los viernes, sábados y domingos y suele permanecer abierto hasta las 15:00. Y si no te gusta el ajetreo, los viernes y sabados de 9:00 a 10:00 y los domingos de 10:00 a 11:00 cuentan con una quiet hour u hora silenciosa, en la que quitan la música y mantienen el menor ruido posible. Está especialmente pensado para familias y personas con autismo. Todo un detalle.


6. Pasear por el centro descubriendo sus edificios y monumentos más emblemáticos


   Belfast cuenta con numerosos edificios y monumentos que merecen una visita, ya sea por su arquitectura como por su historia. Entre todos ellos destacan el Castillo de Belfast - desde donde tendréis una magníficas vistas de toda la ciudad - y la Queen´s University, un magnífico edificio con más de 150 años de historia.

   Pero por el centro de la ciudad también podemos encontrar numerosos edificios industriales mezclados con diseños más clásicos como el Assembly Buildings y su peculiar estilo harrypoteriano, ¿no os parece?.

Assembly Buildings
    A unos pasos también encontraréis la Grand Opera House, de estilo victoriano y construida en 1895. Allí donde la veis ha "aguantado" unas cuantos ataques de bomba. Y lo decimos entre comillas porque ha necesitado alguna que otra reforma. A pesar de ello, hoy luce espectacular.


   Mucho más moderno, el Victoria Square es un centro comercial en el que destacamos su gran cúpula. Pero no sólo podéis entrar a realizar compras o comer en sus numerosos restaurantes, sino que desde la misma cúpula tenéis unas buenas vistas de la ciudad de Belfast e incluso si tenéis suerte y luce el sol, podréis ver el río Logan.


   Ya en la zona cercana al río podéis observar cómo la Albert Memorial Clock Tower se vence cual torre de pisa hacia uno de sus lados. Construída en 1867, se diseñó para honrar la memoria del desaparecido esposo de la reina Victoria, el príncipe Alberto.


      Muy cerca de allí, llegaréis a la Presa del río Lagan, flanqueada al norte por el Big Fish, también conocido como el Salmón del Conocimiento. Se trata de un gran pez que destaca por las baldosas de cerámica que cuentan la historia de la ciudad.




7. Vibrar de emoción viendo un partido de hockey sobre hielo


   Pero si hay una actividad original que podéis hacer en Belfast para sentiros como unos locales, es ver un partido de hockey sobre hielo y animar a los Belfast Giants al grito de "¡Go,go, Giants, Go, Go!". Los partidos se juegan en el SSE Arena, un estadio ubicado en el Titanic Quarter. Las entradas las podéis comprar en el mismo estadio o por internet y suelen ser bastante baratas. A nosotros nos costaron 11£ (unos 13€) cada una.




8. Perderte por las callejuelas del Cathedral Quarter


   El Cathedral Quarter es un barrio de de pequeñas y tranquilas calles de día que se convierte en el sitio preferido por los belfianos para ir de copas por la noche. Destaca la Catedral de Belfast que, aunque no es de lo más bonito de la ciudad, es recomendable dejarse caer por allí para emprender una pequeña aventura por las calles colindantes y disfrutar de un barrio en pleno auge donde se aglutinan los comercios de diseño y los restaurantes más instagrameables. Es también otro de los barrios donde poder ir a la caza del arte urbano ya que cuenta con numerosas obras en sus paredes.




9. Visitar alguno de sus museos


   Si el tiempo no acompaña, qué mejor plan que visitar alguno de los museos de la ciudad. Además del renombrado Titanic Belfast, el más importante es el Ulster Museum, un museo gratuito ideal para perderse por sus salas dedicadas a la arqueología, la historía y el arte. Aprovechando la visita, podéis conocer el Jardín Botánico que se encuentra justo al lado.

   Ya alejado del centro, podéis encontrar el Ulster Folk & Transport Museum (entrada combinada 11£), donde se recrea de forma genial la forma de vida norirlandesa con diferentes construcciones de los últimos siglos.


10. Tomar una pinta en su local más emblemático


   Qué hay más irlandés que tomarse una pinta en un antiguo pub de malgastados sillones tapizados, lámparas de luz tenue y moqueta con olor a añejo. Pues con todos esos ingredientes, en Belfast encontraréis, además, uno de los más bonitos del país. El The Crown Liquor Saloon llamará vuestra atención ya desde su interesante y colorido exterior de baldosas italianas.

    Pero su interior es aún más impactante y en él encontraréis una cuidada ornamentación victoriana con una espectacular barra, preciosas estatuas de madera y coloridas vidrieras a la luz de antiguas lámparas de gas. Todo ello se diseñó con un único propósito, incentivar la visita de los clientes que salían de la ópera y la estación de tren que, allá por el siglo XIX, eran de buen linaje. Hoy, abre los brazos a locales y turistas y en él se puede tomar una cerveza y comer algo mientras imagináis las miles de historias que allí habrán tenido lugar.



Dónde dormir en Belfast


   En Belfast encontraréis una gran variedad y oferta de alojamientos para todos los bolsillos y necesidades. Como toda gran ciudad, los alojamientos situados en el mismo centro son más caros pero, al ser una ciudad relativamente pequeña, podéis encontrar alguna habitación o apartamento a buen precio si os alejáis de las calles principales.

   Nosotros nos alojamos en The Old Bank Belfast, un edificio que cuenta con varios apartamentos nuevos con cocina totalmente equipada a muy buenos precios (desde 70€ la noche), además de WiFi gratuito. Nuestro apartamento era bastante espacioso, con decoración sencilla pero acogedor. Se encuentra a unos 20 minutos a pie del centro o, si lo preferís, a 7 minutos en coche o autobús.



Dirección: 171, Crumlin Road
Teléfono: +44 (0) 28 95 622 088
E-mail: theoldbankbelfast@gmail.com

Nota aclaratoria: En este viaje contamos con el apoyo del Museo Titanic Belfast, así como del hotel The Old Bank Belfast, sin que se impusiera ninguna crítica positiva. Todo lo que contamos en este post está basado en nuestra propia experiencia.

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