martes, 30 de enero de 2018

Guía para visitar Nápoles, la ciudad más canalla de Italia


Seguramente tú también tendrás un amigo como él. Sí, ese, el típico amigo impredecible, desorganizado y totalmente caótico. Aquel con el que no puedes hacer planes porque, cuando estáis juntos, nunca sabes ni dónde ni cómo acabaréis. A veces te desespera pero en otras te parece tan divertido... Su cabeza es un ir y venir de ideas sin control; creatividad pura dicen unos, locura prefieren llamarlo otros. Bendita locura. No sabes cómo lo hace pero en esos días grises, siempre te sorprende con algo ingenioso que acaba por devolverte la sonrisa. Lo quieres sin saber muy bien porqué y eso que te sobrarían los motivos para odiarle. Es sucio, ruidoso y demasiado informal. Pero a la vez tiene un atractivo tan potente, que te engancha. En España lo llamaríamos un "cabra loca", un canalla. En ciudad lo llamamos "Nápoles". Una ciudad que te atrapa con su locura, con su belleza caótica, con su sorpresa constante. Aquí te enseñamos qué ver en Nápoles, la ciudad más canalla de Italia, un lugar que conocimos en nuestra Ruta en coche por el Sur de Italia.


Recorrer las caóticas pero auténticas calles napolitanas


   Imaginad cómo late la vida en una calle que ha visto desfilar desde ciudadanos griegos y romanos hasta Vespas descontroladas. Sus 3.000 años de antigüedad la convierten en la calle más antigua de la ciudad y su nombre nos da una idea de su función: Spaccanapoli, en castellano "rompenápoles". Una calle que divide en dos partes a la ciudad pero que une en su recorrido a napolitanos y turistas; que mezcla a la perfección imágenes de la vida cotidiana con flashes de cámara. Todo en una armonía descontrolada que nos vuelve locos a todos los que amamos la vida callejera.


   Partimos desde la Plaza del Gesú Nuovo, en la que encontramos la iglesia del mismo nombre y que llama la atención por su peculiar arquitectura. Seguimos avanzando por la calle hasta encontrar dos lugares de rezo para dos religiones totalmente diferentes: la católica en la iglesia San Dominico Maggiore y la maradoniana en el Bar Nilo, que cuenta con un altar dedicado al mítico 10 de la albiceleste, Diego Armando Maradona. Algo curioso de ver.

Iglesia del Gesú Nuovo
  A unos pasos, discurre de forma paralela la Vía dei Tribunali donde los comercios dotan a la calle de tanta vida que los edificios históricos pasan a un segundo plano. Nuestros sentidos enloquecen ante el griterío de los vendedores, el color de las hortalizas perfectamente descolocadas en los puestos y el incesante ir y venir de gente. Y, de vez en cuando, ese olor a pizza que te hace salivar por muy llena que tengas la barriga. Disfrutad del caos.



  Algo más moderna, la Vía Toledo aglutina tiendas de ropa y restaurantes turísticos. Pero lo que realmente llama la atención de esta calle no se ve a simple vista. Bajo tierra entramos en la estación de metro de Toledo, que el Daily Telegraph llegó a denominar como la estación de metro más bonita del mundo. Una obra de arte con sello español gracias al ingenio del arquitecto Óscar Tusquets Blanca.

   Y tirando pá la tierra, desde esta calle llegamos al Quartieri Spagnoli o Barrio Español, un lugar en la que sus estrechas callejuelas nos invitan a pasear sin rumbo fijo. Dicen los napolitanos que aquí se encuentra la Nápoles más auténtica. Simplemente pasea con los cinco sentidos.



Conocer la Nápoles Subterránea


En Nápoles, la historia no se resguarda tan solo en los museos. Bajo tierra también encontramos una historia que se mantiene viva y que aguanta inexplicablemente el peso de la actual Nápoles. Los restos de la antigua Neápolis, una ciudad que bautizaron los griegos y que posteriormente impulsó el Imperio Romano, se pueden visitar desde varios puntos de la ciudad en la conocida como Nápoles Subterránea. Nosotros visitamos concretamente los restos arqueológicos situados bajo la Basílica de San Lorenzo Maggiore. Allí pudimos ver un antiguo mercado romano abierto a un patio central, así como una zona de talleres donde todavía se observa algún antiguo horno. Nos sorprendió el gran nivel de conservación de los pavimentos, los mosaicos y los canales que transportaban el agua. Una visita realmente imprescindible para entrar de lleno en la historia napolitana.




Disfrutar de las vistas del Vesubio desde el Paseo Marítimo 


   El paseo marítimo, también llamado Lungomare, se extiende a lo largo de tres kilómetros que nosotros os recomendamos visitar al atardecer. Según llegamos a él, lo que realmente nos llama la atención es la imagen que tenemos del imponente Vesubio, un volcán que ahora disfruta tranquilo de las vistas del Golfo de Nápoles, recordando sus días de furia en los que era capaz de esconder bajo lava ciudades enteras.


  Uno de los puntos claves del paseo es el Castel dell´Ovo - o Castillo del Huevo -, llamado así en referencia a una antigua leyenda que protagoniza el poeta Virgilio. Según ésta, el poeta colocó un huevo mágico bajo los cimientos de este castillo del S. XII, asegurando que de no romperse, el edificio y la ciudad de Nápoles serían indestructible. Así que, nunca mejor dicho, no le "toques los huevos" a los napolitanos.

Descubrir sus edificios históricos


   Entre el caos de la ciudad, son varios los edificios que se encargan de guardar bajo sus puertas la tranquilidad que fue expulsada hace tiempo de las calles. Como el Duomo de Nápoles - también llamado Catedral de Santa María de Assunta -, un edificio originalmente gótico pero, que tras varias remodelaciones, alberga partes barrocas y neogóticas. Es en esta catedral en la que se puede visitar la estatua más venerada de la ciudad, la de San Gennaro. Pero la pieza más importante que encontramos allí es un relicario que guarda la sangre de San Gennaro. Ésta, cada 19 de septiembre pasa de estado sólido a líquido en un milagro que aglutina a cientos de personas y que es motivo de celebración en toda la ciudad.

   Si os gusta el arte, no podéis iros de Nápoles sin visitar la Capilla de San Severo. En su interior encontramos una de las esculturas más asombrosas del mundo, el Cristo Velado, realizado en mármol de una sola pieza y en la que observamos el cuerpo yacente de Cristo cubierto por un velo que deja entrever su rostro. Una obra maravillosamente esculpida por Giuseppe Sanmartino.

   Por último, y aunque a nosotros no nos dio tiempo, también es recomendable visitar el claustro del  Convento de Santa Clara, con pilares cubiertos de coloridos azulejos.


Divertirse descubriendo los Belenes más curiosos en San Gregorio Armeno


    Hay una calle en Nápoles donde siempre es Navidad. La Vía San Gregorio Armeno es famosa por albergar multitud de talleres y comercios donde se venden piezas para el tradicional Belén. Aunque quizá lo más curioso es ver cómo las piezas tradicionales conviven con personajes tan diversos como Maradona o Al Capone. En época navideña esta calle se llena de gente que busca reinventar su pesebre.



Conocer la Nápoles más monumental en la Plaza Plebiscito


   Parece mentira que a unos pasos de las estrechas callejuelas del Quartieri Spagnoli, encontremos la monumental Plaza del Plebiscito, tan abierta al mundo que el ruido parece difuminarse por completo al no tener paredes a las que agarrarse. En ella se aglutinan cuatro importantes edificios; el Palazzo Real, la Basílica de San Francisco de Paola, el Palacio de la Prefectura y el Palacio Salerno. Cuenta la leyenda que la Reina Margarita liberaba al preso que lograra cruzar la plaza con los ojos vendados desde el Palacio Real hasta el final de la misma, siempre que pasara por el medio de las dos estatuas ecuestres que reposan a los pies de la Basílica.

   A unos pasos de la plaza, encontramos otro lugar que merece la pena visitar, la Galería Umberto I que irremediablemente nos trae recuerdos de su homónima en Milán.


Comer la auténtica pizza napolitana


   Después de tanto paseo, el hambre empezará a llamar a tu puerta y entonces te alegrarás de estar en Nápoles. Si hay algo de lo que se sientan orgullosos los napolitanos es de su pizza, considerada desde hace poco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Tenemos que reconocer que no hemos comido una pizza tan buena como lo que se hace en esta ciudad y que muy mal se te tiene que dar para que no tengas suerte en vuestra elección. Pero, si no queréis dejar espacio al azar, os proponemos varios lugares donde no fallaréis - recomendados por gente local-.

Gino Sorbillo


   Una larga cola en la puerta os llevará a probar una de las mejores pizzas de Nápoles. Merece la pena esperar y probar la auténtica Margheritta por poco más de 3 euros u otras variedad para los más atrevidos. Su pizzería más antigua está en Via dei Tribunali, 32 pero han abierto otro local en el paseo marítimo.


Starita


  Alejado de las calles más céntricas pero a un corto paseo andando, encontramos este local al que apenas llegan los turistas. Aquí comimos la mejor pizza de Nápoles, de nuestro viaje por el sur de Italia y, en definitiva, de nuestra vida. Este restaurante familiar, además de una buenísima Margheritta, ofrece una pizza con una elaboración un tanto peculiar: primero frita y después al horno de piedra. Imposible describir con palabras lo que probamos en este local de la Via Materdei, 27.

Otras opciones no probadas (todavía)


   No nos dio tiempo a probarlos todos así que tenemos una buena excusa para volver. Entre los que nos recomendaron, se encuentran L´Antica Pizzeria da Michelle en la Vía Cesare Sersale 1; la Pizzeria Dal Presidente en la Vía dei Tribunali 120; o la Pizzeria Brandi, el lugar donde se celebró -cosa que nuestros estómagos agradecen- allá por el año 1889 el nacimiento de la pizza margherita.

Realizar un curso de cocina napolitana


   En un lugar con una gastronomía tan personal y reconocible a nivel internacional, es casi un pecado no realizar un curso de cocina. Hemos hecho ya varios por el mundo - en Tailandia o Japón, por ejemplo - y en Nápoles también nos lanzamos a los fogones, esta vez de la mano de Toffini Academy, una escuela de cocina con un ambiente muy acogedor. Lo que más nos gustó es que nació con la idea de acercar la auténtica cocina napolitana a los propios napolitanos. Sin olvidarse de esta idea, hace poco han lanzado un nuevo proyecto que seguro se convertirá en una de las mejores experiencias para vivir en Nápoles y que ha nacido con el nombre de VisitCookEat. La cocina napolitana se abre al mundo y acoge a los viajeros que quieran descubrir, aprender y degustar. ¿Qué te parecería aprender a cocinar la auténtica pizza napolitana? Una experiencia 100% recomendable.




Sed curiosos


   Como decíamos al principio, Nápoles es impredecible. Es por ello que es conveniente ser flexible con la ruta y dejarse llevar por la propia ciudad. Una ciudad donde cobra sentido una de las frases que más nos acompaña en nuestros viajes; perderse es encontrarse. Dejad volar vuestra curiosidad y perdeos por las callejuelas para encontrar la vida que en ellas reposa.


  Y asomaos, no tengáis miedo. Nápoles esconde una gran cantidad de patios dentro de edificios que en su día pertenecieron a familias de la alta nobleza. Una puerta entreabierta quizás pueda llevaros a un pequeño remanso de paz donde poder apreciar una arquitectura interior que parece guardada como un tesoro escondido. Eso sí, pedid permiso antes de entrar ya que a muchos vecinos no les gusta encontrarse con la - a veces- molesta visita de los que somos inevitablemente curiosos.



Visitar Pompeya y Herculano desde Nápoles


   Las ciudades de Pompeya y Herculano fueron sepultadas bajo lava tras la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Pero tras años de intenso trabajo, resurgieron de sus cenizas para mostrarse en un esplendor que a nosotros nos puso los pelos de punta, literalmente. Pasear por sus calles es una experiencia realmente única para el viajero. Hay edificios asombrosamente bien conservados, donde todavía se puede observar la belleza de sus mosaicos o frescos. Si se tiene tiempo, merece mucho la pena visitar ambos sitios arqueológicos, tanto Pompeya como Herculano.
Disponen de un billete conjunto con el que puedes visitar ambos sitios arqueológicos a un precio de 22€ (actualizado febrero de 2018)

Calle en Pompeya
Fresco en Pompeya
Edificio en Herculano


Dónde dormir en Nápoles


   Tímidamente escondido en un antiguo palacio del S. XVIII, el That´s Napoli B&B se sitúa en una localización perfecta para descubrir la ciudad. En el Quartieri Spagnoli y a tan solo unos pasos de la Via Toledo, encontramos un lugar donde la hospitalidad de Guido y su familia nos enamoraron desde el primer minuto. Fueron muy atentos y nos ayudaron a descubrir la Nápoles más auténtica. El apartamento consta de 6 amplias habitaciones con muebles que son auténticas obras de arte. Una de las cosas que más nos gustó fueron sus zonas comunes, donde el estilo vintage se mezcla a la perfección con preciosos azulejos de mayólica pintados a mano en la premiada fábrica de Stingo. Y para empezar bien el día, ofrecen un desayuno casero realmente delicioso. Un lugar muy recomendable en el corazón de la ciudad.



Dónde aparcar en Nápoles


¿De verdad quieres enfrentarte al estresante tráfico napolitano? Si estás decidido a hacerlo debes saber que aparcar en lugares públicos en el centro de Nápoles es prácticamente imposible así que una opción es dejar el coche en las afueras y moverte en transporte público al centro. Aunque si quieres despreocuparte y no tener que perder tiempo en ello, lo mejor es que lo dejes en alguno de los parkings subterráneos que hay por la ciudad. Cerca de la Via Toledo puedes encontrar varios de ellos con un precio que suele rondar los 20€/día. De todas formas, te recomendamos que preguntes en tu hotel ya que muchos tienen convenios con parkings cercanos por lo que puede salirte más barato.

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